jueves, 23 de junio de 2011

Club Chacabuco

Chicos corriendo por todos lados, camisetas de fútbol y trofeos por doquier, mesas acumuladas llenas de familias y un murmullo fuerte permanente. Apenas uno entra a un club de barrio puede notar el ambiente familiar que reina en el lugar. El Club Chacabuco, situado en Miró al 700, es uno de esos lugares y en donde también se come bien y por poca plata.
   Los clubes de barrio siempre estuvieron estereotipados como sitios que solo visitaría la gente mayor o como un lugar con cero glamour. Bueno, llegó el momento en el que esa idea quede de lado para que los clubes generen adeptos en el ámbito de la gastronomía.
   Si se preguntan qué es lo que hizo que tantas personas elijan estos lugares para ir a almorzar o cenar la respuesta tiene tres componentes: comida abundante, precios bajos y cálida atención. Los domingos se torna en la elección de familias numerosas que busca salir de la rutina de reunirse en casa.
   La carta es abundante y consta de platos clásicos. Las especialidades son la tortilla española y los boconcinos con salsa de mostaza o verdeo. Recomendamos la lasagna que viene en fuentes de barro (calcular que es para tres o cuatro personas) y lomo al champiñón. Una de las grandes ventajas del Club Chacabuco es que las porciones son grandes y se pueden compartir. La comida tiene ese punto extra de ser totalmente casera, a más de uno le va a hacer acordar esos olorcitos que sentían en la casa de la abuela que pasaba horas y horas preparando el almuerzo.
   ¿Cuántas veces pidieron platos que no podían terminar y desearon haber podido llevar lo que quedaba a casa? Bueno, acá el pudor queda de lado, si sobra, se le pide al mozo que nos lo prepare para llevar y nada de llorar por lo que pagamos y no comimos. Muchas veces, es el mismo mozo quien ofrece de buena manera esta práctica solución. Lo mismo sucede con las gaseosas, se pueden pedir las botellas tal como se ven  en el mercado, de litro o litro y medio. La carta de vinos es muy básica, nada extravagante. Los postres son sencillos pero
exquisitos. Frutillas con crema, porciones de queso con dulce de batata y el recomendado panqueque de dulce de leche, entre otros.
   El Chacabuco se enorgullece de presentar en vitrinas los trofeos y medallas obtenidas por los chicos que defienden los colores del club. También en las paredes podemos encontrar camisetas y fotos de los equipos.
   A pesar de las numerosas mesas que hay, los fines de semana generalmente hay que aguardar por lo menos 30 minutos si no se realizó reserva. El éxito del club es contundente.
   La atención de los mozos es muy cordial, pero generalmente están constantemente acelerados por la demanda que hay en el lugar. Generalmente hay que esperar bastante tiempo a los platos, pero la realidad es que con la calidad del producto vale la pena la demora. La tardanza se debe en parte porque el club, además de atender a los clientes que van a comer, también realiza pedidos para llevar a casa. Se puede llamar e ir a buscarlo media hora después o simplemente ir a encargar el pedido en persona.
   El Club Chacabuco es uno de los tantos que permite que no se pierda la tradición de club de barrio. Una gran opción para comer abundante y de forma económica.


Puntuación Del Buen Sabor: 8
   

Dirección: Miró 750, Parque Chacabuco
Contacto: 4433-6754
Horarios: Lunes a Sábados de 12 a 15:30 y de 20 a 24. Domingos de 12 a 15:30
Medios de Pago: Solo efectivo



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